1. Planifica bien tus viajes
Un viaje bien planificado le permitirá llegar a su destino de la manera más rápida, fácil y segura, y por lo tanto realizar una conducción más eficiente ahorrando combustible. Alargar solo diez minutos el viaje de 1 hora provoca un aumento del consumo en gasolina o diésel de un 14 por ciento.
2. Comprueba la presión de tus Neumáticos
Los neumáticos deben de ir hinchados a la presión indicada por el fabricante y según las condiciones climatológicas. Además de cuidar nuestra seguridad nos permitirá una conducción más eficiente. Conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la correcta reduce el rendimiento del combustible en un 2 y en un 4 por ciento en áreas urbanas y suburbanas, respectivamente.
3. Reduce las cargas innecesarias
Antes de emprender la marcha, más si se trata de un viaje, debemos racionalizar el volumen y el reparto de la carga. No solo es una cuestión de espacio, conducir con 100 kilos de peso innecesarios a bordo ocasiona que el consumo de combustible, en un coche de tamaño medio, se dispare un 6 por ciento.
4. Arranque y puesta en Marcha.
Arranca el motor del coche sin pisar el acelerador (en los motores de gasolina puedes iniciar la marcha inmediatamente después del arranque; en los motores diésel, espera unos segundos antes de comenzar a moverte). Usa la primera marcha solo para el inicio. Cambia a segunda velocidad a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente. Comienza a conducir lentamente (20 km/h en 5 segundos para ahorrar un 11 por ciento de combustible) y evita acelerar bruscamente.
5. Mantener velocidad uniforme.
Mantén la velocidad lo más uniforme posible, busca fluidez en la circulación, evitando frenados, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios. Para decelerar, levanta el pie del acelerador y deja rodar el vehículo con la marcha metida en ese instante. Frena de forma suave con el pedal del freno y reduce de marcha lo más tarde posible, con especial atención a las bajadas. Circulando a más de unos 20 km/h con una marcha insertada, si no pisas el acelerador, el consumo de carburante es nulo. En cambio, a ralentí, el coche consume entre 0,5 y 0,7 litros/hora.
6. No mantengas el motor inactivo
En paradas prolongadas, es recomendable apagar el motor. Un motor al ralentí durante 10 minutos (en punto muerto y con el aire acondicionado desconectado) consume 0,13 l/100 km de gasolina.
7. Uso del Aire acondicionado.
Use el aire acondicionado solamente cuando sea necesario. Cuando la temperatura exterior es de 25º C, el aire acondicionado reduce el consumo de gasolina en un 12 por ciento. En ciudad, abrir las ventanillas (cuando hacerlo sea seguro) es más eficiente que usar el aire acondicionado. Sin embargo, ocurre lo contrario cuando se conduce a más velocidad, debido a la mayor resistencia del aire.
8. Usa el frenado del motor
Si sueltas el acelerador cuando te das cuenta de que debes de frenar, se detiene el suministro de combustible, con lo que el rendimiento de éste aumenta en un 2 por ciento. Conduce siempre con una distancia de seguridad adecuada y un amplio campo de visión que te permita ver dos o tres vehículos por delante.
9. Cambio de marcha a bajas revoluciones.
Optimiza al máximo el cambio de marchas. Circula el mayor tiempo posible en las relaciones más largas y a bajas revoluciones (en la ciudad, siempre que sea posible, utilizar la 4ª o 5ª marcha, respetando los límites de velocidad). Sobre el papel, el par motor de un coche diésel aconseja cambiar de marcha entre las 1.500 y 2.500 rpm. En caso de los gasolina el momento óptimo se sitúa entre 2.000 y 2.500 rpm. Si tu coche no dispone de cuentarrevoluciones, la velocidad puede servir de referencia. Así, insertaremos la tercera velocidad a partir de 30 km/h, la cuarta cuando alcancemos los 40 km/h, la quinta al circular a 50 km/h y la sexta velocidad, en caso de que el coche la tenga, a partir de los 60 km/h
10. Aprovecha las Bajadas
Los descensos te permiten aprovecharlos para ahorrar en el consumo de gasolina. Aprovecha la inercia para adelantar el cambio de marchas circulando a bajas revoluciones. En las subidas, retrasa al máximo reducir de marcha, incrementando la presión sobre el acelerador, aunque nunca pisando a fondo.